Una mirada al pasado...

martes, 6 de diciembre de 2016


Bueno, ya iba siendo hora de poner al día el blog. Creo que los lectores, los nuevos y los viejos (de los que sorprendentemente aún queda alguno), os merecéis al menos un pequeño resumen o una puesta al día de todo lo ocurrido desde que dejé de escribir. Más o menos, como hacen los viejos amigos que no se ven desde hace tiempo y quedan para tomarse unas cañas, intentaré poneros al día sin entrar mucho en detalles personales para no aburriros. En estos cuatro años sin escribir, muchas cosas personales han cambiado, pero sin embargo el pequeño Rocinante GT (a partir de ahora, "el bólido") no ha cambiado apenas en nada, yo por el contrario no he corrido la misma suerte, sin duda el ha envejecido mejor que yo.

Si sois observadores seguramente os habréis fijado que estéticamente el bólido sólo ha cambiado las llantas por unas llantas de Seat 600 "desplazadas", o lo que es lo mismo, con algo más de garganta y un poco más de profundidad. Prácticamente son iguales a las llantas que montaba al principio pero con algunas pulgadas de más, el motivo no ha sido otro que el reservar un poco las llantas "originales" para poder restaurarlas en un futuro, ya que las pobres están muy machacadas y necesitan un buen repaso. El interior sin embargo se mantiene como siempre, bueno no del todo, porque cambié los paneles laterales por unos que compré en Autoretro del 2013.

En el apartado mecánico a parte del mantenimiento, varios pinchazos y algún problemilla con la ITV, sí puedo decir que ha evolucionado... y es que le hemos montado las "homocinéticas Motomax" con alguna modificación "made in nosotros" (ya escribiré una entrada para contaros la mejora) para mejorar su funcionamiento y así evitar uno de los grandes males de los 600, el desgaste del manguito palier. Desde aquella vez que se rompió en el I Rally de Orientacion de Segovia se ha vuelto a romper una vez más, en ambas ocasiones el coche tuvo que volver a casa en grúa, más que nada porque no me apetecía andar haciendo reparaciones en plena calle (y pasando frío) sobre todo porque el seguro me cubría la vuelta a casa en grúa. 
Pero por desgracia éstas no han sido las únicas averías que ha sufrido el pequeño Rociante. Un día al sacarlo del garaje de mi actual casa, el cable del acelerador se partió y lo tuve que sacar de un segundo sótano, subiendo todo lo que pude el ralentí y jugando con el embrague... que aunque no se nota mucho, algo de factura le pasó esta brutalidad, en esta ocasión también volvió a casa en grúa. La avería se solucionó con otra pequeña mejora, cambiamos el cable del acelerador por un cable de acero trenzado hecho a medida, que le da un toque más suave al pedal. 
Otra de las averías que ha sufrido ha sido el radiador delantero. Después de llevarlo montado durante años empezó a gotear; tras desmontarlo, llevarlo a limpiar y reparar, montarlo de nuevo, volvía a seguir tirando. Así que lo volvimos a desmontar, comprobar, reparar, y volver a montar, y una vez montado volvía a tirar, todo esto después de circular mucho tiempo con una tubería de cobre que sustituia al radiador delantero. Al parecer al montarlo se "retorcía" y tiraba por un punto que desmontado no se apreciaba. Al final opté por montar uno nuevo y dejar el viejo de reserva para repararlo en un futuro, por ahora el nuevo radiador no tira, así que tocaré madera.

La avería más reciente fue por un fallo mío. Preparando el coche para la pasada edición del Espíritu del Jarama, esta vez me dejé la tapa del delco sin asegurar, no me preguntéis cómo pasó, porque todavía me estoy preguntando cómo se me olvidó algo tan importante, y sobre todo cómo fue capaz de llegar el coche al garaje sin fallar. Cuando fui a sacarlo del garaje no arrancaba, así que lo arrancamos a empujón, pero no había forma de que se mantuviese arrancado. Finalmente ya en la calle, y al ver que no volvía a arrancar, con la ayuda de un vecino le pusimos las pinzas pero tampoco arrancaba... Revisé el motor y me di cuenta que la tapa del delco estaba sin asegurar. Al levantarla vimos la pipa destrozada, tras cambiarla por la de repuesto volvió a arrancar, pero esta vez con pinzas. La batería había dicho basta (otra avería ya subsanada), pero no contento con eso el manguito superior del radiador se había rajado y perdía bastante agua. Al parecer al bólido no le hacía gracia la excursión y se puso rebelde, pero gracias a nuestro tesón y esfuerzo (fisico sobre todo) conseguimos llegar al Circuito del Jarama y disfrutar del día.


© fjgago fotografía - Molinos de Viento de Campo de Criptana (Ciudad Real)
Y hasta donde recuerdo son todas las averías que ha tenido... como veis cosa de poco y del uso, porque aunque parezca lo contrario he seguido usando el coche siempre que he podido, escapándome con Silvia (mi novia) a dar una vuelta por la sierra, asistir a alguna concentración, hacer alguna prueba de orientación incluso ir a alguna que otra paellada más, sin contar las excursiones con nuestros amigos Javi y María y su Philip-Bert. Pero sin duda he seguido disfrutando del coche siempre que he podido, incluso alguna vez he ido a trabajar con él por el mero placer de conducirlo.

Aunque la gracia del blog realmente ha sido la restauración del coche soy consciente que el poco tiempo del que dispongo y no poder usarlo siempre que quiero va a limitar un poco las actualizaciones, aunque gracias a las redes sociales como facebook y twitter me será mas fácil contar el día a día y todo lo que le ocurra al bólido. Tengo muchas ideas en mente tanto para el coche como para el blog, sin contar con los grandes viajes que estan pendientes desde hace años y los cuales espero poder contar a través del blog. Cosas que ya iré sacando a la luz para seguir manteniendo lo que es una parte de la historia de mi 600 y yo: el blog. Por ahora estoy inmerso en la restauración del blog, y es que muchas de las fotos que tenía han desaparecido y sin fotos, la verdad, no tiene tanta gracia. Una vez acabe con las fotos empezaré a meter nuevas secciones y novedades que espero sean de agrado para mis lectores pero mientras esto llega seguiré contando las aventuras y desventuras de mi querido bólido.

Un saludo.
Chema