Esta tarde he intentado apretar el paragolpes sin mucho éxito, pero dejándolo mejor que estaba. Así que me he puesto a tomar medidas de varias ideas que tengo en mente, la primera es la colocación de los altavoces y la radio, para lo que tengo que preparar una caja para poder llevar los altavoces como es debido.
Antes de probar los altavoces, he sacado el asiento del conductor para tomar unas medidas para la segunda idea, esta idea es el hacer una red de goma elástica para llevar los papeles del coche y el chaleco debajo del asiento del copiloto puesto que la bandeja va ha quedar inutilizada al ocupar los altavoces gran parte de esta. Para medir esto he sacado el asiento y le he hecho una foto para diseñar mejor la red. Una red hecha de goma elástica (la misma que se pone en la ropa) anudada en los puntos de unión y con ganchos similares a los que lleva el asiento, que deja una apertura trasera para poder meter la mano.
Una vez hecha la foto y el coche sin asiento, he aprovechado que había mas hueco para hacer la prueba de los altavoces, lamentablemente son demasiado grandes y en el lado del conductor pegan en la caja de fusibles y en los cables que van por detrás del cuadro, cosa que no me gusta mucho, por lo que he tomado la determinación de solapar la caja del altavoz con la bandeja, para que el altavoz no pegue ni en la chapa ni en la caja de fusibles, mas o menos como indica el dibujo.
Después de tomar estas medidas, he vuelto a poner el asiento en su sitio y he ido a buscar a Carolina para ir a dar una vuelta, hemos terminado subiendo a Canencia, como el coche no tenia a penas gasolina hemos parado en la gasolinera que hay en la carretera de Miraflores. Según nos íbamos acercando, el chico de la gasolinera miraba a los laterales del coche para encontrar la boca del deposito, hasta que me he bajado y he abierto el capó quedándose perplejo, parece ser que no esperaba que tuviese ahí el deposito. Una vez llenado el deposito hemos subido a Canencia donde hemos mantenido una amena conversación con un hombre y su mujer que nos habían visto llegar en el 600, y sin dejar de mirarnos el hombre ha preguntado que tal habíamos subido, lo que ha desembocado en una conversación que hemos tenido que cortar porque ya era de noche, volviendo con el Peladilla a Colmenar, hasta mañana que vaya a la universidad con el.
Antes de probar los altavoces, he sacado el asiento del conductor para tomar unas medidas para la segunda idea, esta idea es el hacer una red de goma elástica para llevar los papeles del coche y el chaleco debajo del asiento del copiloto puesto que la bandeja va ha quedar inutilizada al ocupar los altavoces gran parte de esta. Para medir esto he sacado el asiento y le he hecho una foto para diseñar mejor la red. Una red hecha de goma elástica (la misma que se pone en la ropa) anudada en los puntos de unión y con ganchos similares a los que lleva el asiento, que deja una apertura trasera para poder meter la mano.
Una vez hecha la foto y el coche sin asiento, he aprovechado que había mas hueco para hacer la prueba de los altavoces, lamentablemente son demasiado grandes y en el lado del conductor pegan en la caja de fusibles y en los cables que van por detrás del cuadro, cosa que no me gusta mucho, por lo que he tomado la determinación de solapar la caja del altavoz con la bandeja, para que el altavoz no pegue ni en la chapa ni en la caja de fusibles, mas o menos como indica el dibujo.
Después de tomar estas medidas, he vuelto a poner el asiento en su sitio y he ido a buscar a Carolina para ir a dar una vuelta, hemos terminado subiendo a Canencia, como el coche no tenia a penas gasolina hemos parado en la gasolinera que hay en la carretera de Miraflores. Según nos íbamos acercando, el chico de la gasolinera miraba a los laterales del coche para encontrar la boca del deposito, hasta que me he bajado y he abierto el capó quedándose perplejo, parece ser que no esperaba que tuviese ahí el deposito. Una vez llenado el deposito hemos subido a Canencia donde hemos mantenido una amena conversación con un hombre y su mujer que nos habían visto llegar en el 600, y sin dejar de mirarnos el hombre ha preguntado que tal habíamos subido, lo que ha desembocado en una conversación que hemos tenido que cortar porque ya era de noche, volviendo con el Peladilla a Colmenar, hasta mañana que vaya a la universidad con el.