Camino a casa

martes, 19 de diciembre de 2006

Hoy a las 20:00 al fin mi padre me a dicho de ir a por el coche, así que como mi novia estaba en casa preparamos las cosas por si no arrancaba, pinzas de batería, luz y las herramientas que llevo en el Corsa. Con todo listo y bien abrigados nos fuimos para Madrid con mi Corsita, conducido por mi, como no. Al llegar a Madrid, como es habitual la entrada desde la M-607 (Carretera de Colmenar) estaba atascada, así que después de esperar el atasco continuamos por la M-30 hasta la salida de la estación de Hortaleza y callejeando llegamos a mi pelotilla, mucho mejor que la otra vez.

Una vez allí aparcamos y nos dirigimos al coche, mi novia no era capaz de cerrar los ojos y en cuanto lo vio le puso el mote de "Peladilla", porque es blanco y pequeño. Entregue las llaves a mi padre que se monto y lo arranco a la primera, eso si después de localizar el cortacorrientes, con el coche arrancado y a punto de irnos llame al antiguo dueño y nos bajo los papeles del seguro, que solo tenían validez para hoy y así llevarlo a casa sin problemas. Ya arrancado y con los papeles en la mano nos dispusimos a volver a casa, tras el ofrecimiento de volver en 600, mi novia no sabia si volver conmigo o volver en el Peladilla, así que le dije que montase y emprendimos el viaje. Como estaba sin gasolina y teníamos que llegar nos pasamos por una gasolinera cercana, donde le echamos 20€ (en realidad fueron 19€) y un poquito de aditivo que llevo en mi coche. Como el coche tiene un pequeño problema en el motor no puede ir a mas de 70 en carretera así que yo iba detrás como si se tratase de un escolta protegiéndolo de las velocidades de los coches grandes, para eso mi padre me avisaba con antelación poniendo las intermitencias y yo me colocaba en el carril que el pasaría a ocupar, eso si, siempre por delante mía.

A la altura de una gasolinera, mi padre se metió y yo me baje a preguntar porque, en un principio pensé que era para darle presión a las ruedas, pero no fue así, era para comentarme que le fallaba la manocontacto de la presión de aceite y que si quería llevarlo, le dije que no, primero porque no me atrevía y segundo porque sabía que le hacia ilusión y estaba disfrutando.

Al llegar a casa se lo enseñe a mi madre que no quiso dar una vuelta, así que me monte y después de colocar el asiento a mi medida me dispuse a conducir por primera vez mi tan querido pelotilla, la primera parada fue la casa de mis abuelos, aparque y subí a enseñárselo desde la ventana, allí estaban mi tía y mis abuelos. Tras comunicarles la noticia fui a enseñárselo a mi suegra y mi cuñado, al que di una vuelta, después me fui para casa no sin antes darme una vuelta por el pueblo, llegue a casa, lo aparque y hasta que no tenga el seguro en la mano no lo volveré a mover... o al menos eso debería hacer.