XXIV Mercadillo Villaviciosa de Odón

domingo, 18 de febrero de 2007

Hoy arrastrado por Carolina hemos ido al mercadillo de Villaviciosa de Odón. Según he leído en Internet es un mercadillo que se celebra desde hace ya tiempo, donde se pueden exponer coches, para comprar, vender o simplemente lucir tu clásico, también hay gente que vende piezas o miniaturas (de las colecciones) de coches.

Como llevábamos desde el viernes planeándolo, pregunte al tío Google como llegar y que me diese un poquito de información para hacer turismo. Así que a eso de las nueve y media nos hemos puesto en camino, no me he llevado al Peladilla porque ayer ya le di bastante trajín y me daba miedo que me dejase tirado, así que hemos ido en Corsita, porque cuando voy la primera vez a algún lado siempre me le llevo por si me pierdo, no se porque pero me siento mas seguro, así que como ya se ir lo llevaré la próxima vez.

Cuando llegamos a Villaviciosa y dar una vuelta, preguntando a gente que no era de allí, nos hemos ido directos al centro del pueblo, buscando el mercadillo porque había leído que se celebraba en frente del ayuntamiento, pero cuando llegamos estaba vacío, se puede ver en las fotos.


Aprovechando que el coche estaba bien aparcado hemos echado un vistazo por las callejuelas del centro del pueblo. Para localizar la zona de la concentración hemos entrado en una pastelería, con unos bollos estupendos, donde la dueña nos ha indicado que la zona de aparcamiento estaba detrás del Caprabo que habíamos visto cuando estábamos perdidos. Al ir hacia la concentración, nos hemos encontrado a un 850 que iba para allá, lo único que teníamos que hacer era seguirlo...

Una vez dentro de la explanada, he intentado meter el Corsita (también es un clásico), pero Carolina me ha obligado a sacarlo, porque según ella estaba sucio, la verdad es que si estaba sucio pero no tanto como para despreciarlo...

Cuando estábamos viendo los clásicos ha llegado Eusebio con su D de primera serie, hemos hablado con el un rato y he estado hablando con el dueño de un pelotilla, la mar de cuidado. Después de hablar un rato con la gente, hemos continuado viendo coches y haciendo fotos (no cuelgo todas porque son muchas):


Carolina tiene predilección por los Bettles, así que se ha hecho fotos con todos los que había, pero como no me deja colgar fotos suyas, no podréis verlas.

Llegadas la una y media de la tarde y con el hambre apretando nos hemos ido a buscar un sitio que estuviese bien para comer. Así que hemos aparcado el coche en frente de un restaurante con muy buena pinta, pero como era muy pronto, nos hemos ido a dar una vuelta a ver si localizabamos la iglesia. Pero el paseo ha sido en vano, pese a las indicaciones no hemos conseguido ver la iglesia, pero si a una monja comiéndose un sobao en el balcón de su habitación de un convento.

Después de comer, una comida a base de raciones bastante copiosa (no pongo el menú por no dar envidia) hemos ido a ver el castillo, sin mucho éxito porque no era para visitar, sino que es el archivo histórico del ejercito del aire, eso si nos dimos un paseito muy relajante por sus alrededores. Como no nos quedaban muchas cosas mas por ver y las que quedaban estaban cerradas (por ser domingo) nos volvimos, con un grato sabor de boca de haber visto tanto clásico junto, eso si la próxima vez me llevo el Peladilla.