Subida al Pto. de Canencia

domingo, 11 de febrero de 2007

Hace unos días, un miembro de la lista que es socio del Club 600 de Madrid me invito a subir el Puerto de Canencia con ellos. El año pasado fui con mi padre a ver como escalaban los pequeñines, pero eso si sin mi pelotilla, este año ha sido diferente, yo iba a ser uno de ellos.

Esta mañana me he levantado muy pronto, a eso de las 9, para ir a buscar a Carolina e ir hasta Miraflores al encuentro del Club. Tras echar gasolina y ponernos en camino observamos que había bancos de niebla espesa que nos hacía dudar si la gente del Club subiría, porque amenazaba con llover. Camino de Miraflores, ha caído un pequeño chubasco sin mucha importancia, pero no nos importaba porque si no venían los del Club, haríamos nosotros la excursión por nuestra cuenta, para disfrutar del Peladilla y el aire fresco de la sierra.


Sin parar en Miraflores y con lluvia nos hemos detenido en la fuente, donde hemos hecho un par de fotos y al ver que empezaba a llover mas fuerte hemos decidido dar la vuelta hasta Miraflores a esperar que parase y a que la niebla se fuese.


Ya en Miraflores hemos dado un paseo por el pueblo, pasando por la plaza y la iglesia, donde Carolina ha entrado para verla, yo como no soy muy devoto y había misa me he quedado fuera esperando y ayudando a los ancianos a subir la escalera. También hemos comprado cuatro bizcochitos de limón.


Después de que dejase de llover hemos vuelto al coche para ver si por fin podíamos coronar el puerto, aunque fuese en solitario, porque no teníamos muchas esperanzas de encontrarnos con el Club, pero eso si grabando un vídeo que finalmente he retocado, porque era muy largo.



Una vez arriba y al ver que no había ningún pelotilla hemos decidido irnos, realmente yo bajaba algo desilusionado hasta que antes de llegar a la fuente, nos hemos encontrado con los pelotillas que subían, con niebla, pero subían.


En la fuente he dado la vuelta, para subir con ellos, pero un C5 estaba delante de mi, pero el hombre al ver que me había quedado rezagado me ha dejado pasar y por fin les he alcanzado. Mientras subíamos Carolina ha grabado este vídeo, que también he editado porque se me oía dando voces de emoción (todo hay que decirlo).



Ya en el parking del área de recreo he aparcado entre ellos, y hemos hecho unas cuantas fotos. He intentado hablar con alguno de ellos, pero se han ido ha tomar un tentempié y yo no era quien para acoplarme, puesto que Eusebio no estaba y era al único que conocía, el fallo también ha sido mio, por no avisar.


Como ya no pintábamos nada allí, nos hemos dispuesto a volver a casa. Uno de ellos, también volvía a casa, justamente el L Especial que subía delante de mi. Hemos bajado juntos hasta Miraflores, donde se ha parado, parando yo también porque pensaba que tenia algún problema, pero no era así. Agustín, el anciano conductor, se ha dirigido a mi señalando el coche y me ha dicho que le iban dando las largas los otros coches, al mirar el coche he visto que le parpadeaba la luz de posición izquierda, pero no se había detenido por eso, sino para decirme que el se iba a casa. Antes de irnos he mantenido una pequeña conversación con él y me ha dicho que tenía ochenta y cuatro clásicos, cuatro seiscientos, cuatro 2CV, otros tanto Jaguars y un Rolls Royce que perteneció a un conde que asesinaron y del cual no me acuerdo su nombre. Una vez dentro del coche nos hemos dirigido a Colmenar, llegando sin ningún contratiempo a disfrutar de la paella de mamá.