Esta mañana, tal y como habíamos planeado (y después de mucho tiempo esperando), hemos montado las bocinas de aire al Peladilla. A eso de las diez (cuando me he levantado) he visto que mi padre ya estaba liado con el coche dentro del garaje con el morro levantado para poder montar las bocinas. Justo cuando he bajado estaba pensando el lugar donde ponerlas, así que entre los dos hemos decidido que irían al lado derecho de la batería (el viernes cambie el terminal de la batería), descartando por completo el lugar que había pensado porque pegaba en la dirección, siendo irremediable hacer agujeros (soy contrario a ello) para colocar tanto las bocinas como el relé.
Bajo las indicaciones de mi padre he hecho los respectivos agujeros en el paso de rueda para atornillar los soportes de las bocinas, una vez instaladas con bastantes complicaciones, puesto que no podíamos apretar los tornillos hemos instalado el compresor con un soporte fabricado por mi padre. Cuando todo estaba montado en su sitio hemos ido al tema del cableado, teníamos que decidir si las bocinas sonaban con o sin el contacto puesto, cosa que he dejado decidir a mi padre, que para eso es mecánico-electricista. Así que con esto se ha puesto manos a la obra mientras yo iba a comprar unos terminales faston para poder hacer las conexiones entre el relé y el compresor. La compra de los terminales no ha tenido mucho éxito, y eso que he ido a buscarlos hasta Tres Cantos. Cuando he vuelto hemos seguido con la instalación, al final mi padre había decidido tomar la corriente directamente de la batería, por lo que las bocinas funcionarían sin necesidad de tener que dar al contacto, algo que creo que sera de utilidad. Mientras mi padre hacia la instalación eléctrica yo he estado ajustando la cerradura de la puerta del conductor porque al igual que la del copiloto cuando lo compré, había que darle un portazo para que cerrase.
Haciendo pruebas de sonido hemos visto que la bocina pequeña, la de los graves, no sonaba y cuando lo hacia, lo hacia mal. Aun cambiando la longitud de los tubos seguía sin funcionar, por lo que los ánimos han decaído un poco, dejándonos un mal sabor de boca, pero ya que estábamos hemos seguido con el trabajo para no tener que volver otro día sobre lo mismo. A mi padre se le ha ocurrido la idea de llamar a Pedro, un viejo amigo de la familia, que nos ha traído unos cuantos terminales que tenia en su casa, y así hemos podido rematar la faena, aunque la bocina grave no funcionase.
Después de comer, y aprovechando que el coche estaba en el garaje probé como quedaban los retrovisores que compre hace poco. Realmente quedan bien, al ser cromados pegan muy bien con los cromados del coche, pero creo que quedaran mucho mejor cuando pinte el coche de verde ingles, que sera dentro de bastante tiempo... mucho mas de lo que me gustaría. Aunque ahora mismo se podrian montar, no me quiero arriesgar a que me los roben o los rayen, así que los pondré cuando tenga el coche restaurado.
Con el espejo negro otra vez montado, he ido a buscar a Carolina para enseñarle como sonaban las bocinas. Me he quedado algo decepcionado, al igual que ella, por el sonido que tiene al aire libre, ya que solo suena la aguda y no suenan tan bien como si funcionasen las dos, lo que hace que el Peladilla no este completo. Así que he pensado en hacerme con unas nuevas (aunque estas lo sean) para ver si sustituimos la defectuosa por una que funcione y le de mas personalidad al claxon del Peladilla.